domingo, 3 de mayo de 2009

Shijing, nº 61

Shijing, nº 61

Que el Río es ancho,
¿quién lo dirá?
Con una caña
lo pasarás.

Que está Sung lejos,
¿quién lo dirá?
Yo de puntillas
lo veo allá.

Que el Río es ancho,
¿quién lo dirá?
Una barquilla
no le cabrá.

Que está Sung lejos,
¿quién lo dirá?
Una jornada
no distará.




La prolija exégesis confuciana, según el P. Elorduy:
Hsüan Chiang, princesa de Wei, estuvo casada con Huang, señor del Estado de Sung. Repudiada por el reyezuelo, tuvo que volver a su patria. Muerto el reyezuelo Huang, hereda el trono el hijo de Hsüan Chiang. Esta, al enterarse, arde en deseos de ver a su hijo ya constituido rey de Sung. Pero, por haber sido repudiada, los ritos no le permiten volver donde su hijo reina.

Otra más concisa, aducida por el sapientísimo Bernhard Karlgren:
The one who is longing strongly is daunted by no difficulties.

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