domingo, 12 de octubre de 2008

Shijing, nº 206

No empujes la gran carroza
sólo polvo alcanzarás.
No revuelvas tus cien penas
o la salud perderás.

No empujes la gran carroza
o el polvo te cegará.
No revuelvas tus cien penas
de lo oscuro no saldrás.

No empujes la gran carroza,
el polvo te cubrirá.
No revuelvas tus cien penas
o tu carga doblarás.


Según el P. Couvreur:

[Un officier, accablé de travail au service de l'empereur, ne trouve pas de meilleur soulagement à sa peine que de la bannir de son esprit et de n'y pas penser.]

1. Ne poussez pas à la roue pour faire avancer la grande charrette; vous ne feriez que soulever et recevoir sur vous la poussière. (De même) ne pensez pas à vos nombreux chagrins; vous ne feriez que vous rendre vous même malheureux.

2. Ne poussez pas à la roue pour faire avancer la grosse charrette; vous ne feriez que soulever la poussière et vous aveugler. (De même) ne pensez pas à vos nombreux chagrins; votre intelligence en serait troublée, obscurcie.

3. Ne poussez pas à la roue pour faire avancer la grosse charrette; vous seriez couvert de poussière. (De même) ne pensez pas à vos nombreux chagrins; vous ne feriez que vous charger d'un poids accablant.

Resumen de "El Criticón", Parte Primera...

...en propias palabras de su autor:

¿Cuál puede ser una vida que comienza entre los gritos de la madre que la da y los lloros del hijo que la recibe? (Cr. V) Si bien se nota, todo cuanto hay se burla del miserable hombre: el mundo le engaña, la vida le miente, la fortuna le burla, la salud le falta, la edad se pasa, el mal le da prisa, el bien se le ausenta, los años huyen, los contentos no llegan, el tiempo vuela, la vida se acaba, la muerte le coge, la sepultura le traga, la tierra le cubre, la pudrición le deshace, el olvido le aniquila. (Cr. VII)

Por ello, las cosas del mundo todas se han de mirar al revés para verlas al derecho (Cr. VIII)

Y que cada uno por sí lo averigüe: más vale ser necio con todos que cuerdo a solas. (Cr. VI); muchas veces los sabios yerran para que no revienten los necios. (Cr. XIII). Pues estas piedras las arrojan aquí los viandantes, que en eso pagan la enseñanza; ese es el galardón que se da a todo maestro, y entiendan los de la verdad y virtud que hasta las piedras se han de levantar contra ellos. (Cr. V)

domingo, 5 de octubre de 2008

VERSOS SUELTOS SACADOS DE LAS TRESCIENTAS

De Juan de Mena dijo el Brocense:
"Dicen algunos que es poeta muy pesado y lleno de antiguallas; y dicen esto con tanta gravedad, que si no les creemos parece que les hacemos injuria, y no advierten que una poesía heroica como esta, para su gravedad, tiene necesidad de usar de palabras y sentencias graves y antiguas para levantar el estilo. Y, al fin, los que hallan este poeta por pesado, son unos ingenios que ponen todo su estudio en hacer un soneto o canción de amores, que para entenderlos es menester primero preguntar a ellos si lo entendieron".
(Citado por J. M. Blecua en el comentario a su edición de la colección "Clásicos Castellanos" de Espasa-Calpe.)

[el número es el de la copla donde aparece el verso que se cita]

001 Al muy prepotente don Juan el Segundo
002 Tus casos falaces, Fortuna, cantamos
003 Olvido non prive lo que es memorable
004 Las grandes hazañas de nuestros mayores
004 Dañada de olvido por falta de autores
005 ¿Qué fábrica pueden mis manos hacer?
007 Porque yo blasme de ti como debo
018 Me ciega y me ciñe, que nada no veo
019 Siempre divina clamando clemencia
033 Si coplas, o partes, o largas dicciones
039 Los sármatas, colcos y los masagetas
048 Mostróse Vandalia, la bien pareciente,
060 Aquel que los fuegos coruscos esgrime
070 Solverte las hemos en versos patentes [las dudas]
079 Qué gloria, qué fama, qué prosa, qué verso
107 Sabed ser alegres, dejad de ser tristes
122 Cantó pregonando las guerras civiles
129 Los que escudriñan las dañadas artes
161 Los títulos todos de todos sus nombres
       El nombre los cubre de aquel su señor
164 Cridar sin heridas los canes y perros
165 Los mástiles fuertes en calma temblaban
180 Mientra morían y mientra mataban
188 Las claras virtudes, los hechos extremos
       La viva victoria que Mares otorga
201 Por dos deshonestas heridas llagado
204 Y rasga con uñas crüeles su cara
217 De sangre tirana sus gestos polutos
222 De bárbaros reyes y grandes señores
235 Y doma su cuello con ásperas riendas
241 De sierpe formada de espina de muerto
286 Montánchez y Mérida la despoblada
297 Que todos os hagan, señor, reverencia.

sábado, 4 de octubre de 2008

FARSALIA I 1-5


Por campos ematios las más que civiles
contiendas cantamos, licencias al crimen,
un pueblo potente que vuelve su diestra
invicta y horada sus propias entrañas,
batallones de una sangre enemistados,
el conflicto en las esferas transtornado,
empeñado sin reservas...


El P. Feijóo estimaba en más a Lucano que a Virgilio. D. Marcelino, horrorizado ante tal herejía, exclama:
"No advirtió [el P. Feijóo] que la Farsalia, a pesar de sus indudables bellezas oratorias y del espíritu de grandeza que toda ella respira, y a pesar de bellezas descriptivas de primer orden y detalles pintorescos que anuncian un arte nuevo, es un poema fastidioso y oscurísimo, árido en medio de la prodigalidad de color, enigmático y tenebroso, teniendo, además, sus versos el defecto mayor que pueden tener versos algunos en el mundo, es decir, el de ser todos iguales, igualmente llenos, igualmente robustos y altisonantes, acuñados todos en el mismo troquel."
(Historia de las Ideas Estéticas en España)

ENEIDA II 1-18

¿Quién no ha traducido estos versos? (Y los que siguen...)

Callaron en fin atendiéndole todos.
Tal habló desde alto lecho el padre Eneas:
Dolor indecible me ordenas, oh reina,
renovar, la destrucción del lastimoso
poderío de troyanos y su reino
a manos de dánaos, miserias que vi
parte de ellas siendo. ¿Quién narrando tal,
Mirmidón, o de los dólopes, o sea
soldado de Ulises crüel, contendrá
las lágrimas? La húmida noche además
del cielo ya baja y los astros declinan
al sueño incitando. Si empero es tan grande
tu deseo de saber nuestras desgracias,
de oír resumido el supremo infortunio
de Troya, aunque el ánimo espantan tan tristes
recuerdos de luto espantable, comienzo.
Rechazados por el hado, transcurridos
tantos años ya, los jefes griegos cual
montaña edifican con arte divina
un caballo, que recubren de cortado
abeto, y lo fingen ofrenda a los dioses
para su regreso, y la fabulación
se propaga; mas selectos, sorteados
guerreros encierran ocultos...