lunes, 29 de junio de 2009

Shijing, nº 24

Shijing, nº 24

Del cerezo aquel, a fe,
reluciente la flor es.

¿No es suntuosa y delicada
la carroza de la infanta?

De almendro y ciruelo, a fe,
reluciente la flor es.

Descendiente del rey Ping,
simiente del marqués Qi.

Tal anzuelo, ¿qué será?
De seda es ese sedal.

Simiente del marqués Qi,
descendiente del rey Ping.



Los comentadores están de acuerdo en que se canta la boda de una princesa. Karlgren explica: "For catching big fishes you use a frail silken line; for obtaining the good graces of the venerable Royal house a delicate young woman serves as intermediary."

miércoles, 24 de junio de 2009

La evolución de "evolución"

La raíz indoeuropea uel está asociada a la idea de "dar vueltas", "enrollar". Por diversos y a veces retorcidos caminos, de ella provienen, por ejemplo, la hélice griega, el vals vienés o nuestro andaluz rebujito.

En latín tenemos el usadísimo verbo vólvere (nuestro "volver") y sus muchos compuestos; entre ellos, evólvere, cuyo significado originario es "desenrollar", "desplegar". Una de las cosas que los latinos desenrollaban era el libro o volumen; así que en latín clásico, el correspondiente sustantivo evolutio, evolutionis significa "la acción de abrir un libro" y de ahí "lectura".

En el s. IV los rollos o volumina de papiro son sustituídos por los cuadernos o codices de pergamino. Los libros ya no se desenrollan y por tanto el significado clásico de evolutio deja de ser aplicable (aunque algunos pedantes seguirán empleando la palabra con el sentido de "lectura"); pero esto no significa su desaparición. En efecto, en el latín medieval y moderno los abundantes sentidos translaticios de "desplegar(se)" son expresados por evolutio, de manera parecida a lo que ocurre con "desarrollo" en español contemporáneo. De esta forma, se habla de la evolutio de un niño, de una planta o de los tiempos; en matemáticas se habla de la evolutio de una fórmula o ecuación...

A partir del s. XVII, la palabra pasa a las lenguas modernas. En inglés, el diccionario de Oxford data su uso al menos desde 1622; en castellano, la encontramos en la literatura histórica y militar del s. XVIII con el sentido que el DRAE trae actualmente en quinto lugar ("movimiento que hacen las tropas o los buques, pasando de unas formaciones a otras para atacar al enemigo o defenderse de él") y que es el único recogido desde 1803 hasta 1884. Así leemos en una "Historia Antigua de México":

...porque llevando la vanguardia del ejército de Tlaxcala, con una repentina evolución se apoderaron de su retaguardia y, cargando a las espaldas a los tlaxcaltecas al tiempo que los mexicanos les acometían por el frente, hicieron en ellos un horrible estrago...

Este sentido militar es el más frecuente en las infrecuentes apariciones de la palabra... claro está, hasta que don Carlos Darwin se hizo famoso y con él la Teoría de la Evolución.

Aunque hay quienes dicen que la teoría de la evolución no es darwinista. De hecho, la evidencia anecdótica disponible me muestra que la mayoría de los honestos fieles de a pie de la religión Evolucionista son, sin saberlo, herejes lamarckianos.

Y también hay quien dice que, en realidad, Darwin no era tan evolucionista, ya que en las primeras ediciones de su libro, la palabra "evolution"...

...no aparece ni una sola vez, pero en la sexta edición aparece ya unas cuantas veces, todas ellas en el capítulo VII, precisamente en el que trata de las objeciones a su teoría. Es posible que Darwin tomase este de Herbert Spencer, de quien reconoce en la sexta edición haber tomado el de 'Survival of the fittest'.

Sea como fuere, la Academia no anduvo demasiado diligente para completar su definición. En el diccionario de 1884 prudentemente añade un nuevo y primer significado: "desarrollo de las cosas por medio del cual pasan de un estado a otro." Y, ¿cuándo cree el lector que aparece en nuestro diccionario oficial el sentido "darwiniano"? Pues... ¡en 1989!: "derivación de las especies de organismos vivientes de otras ya existentes, a través de un proceso de cambio más o menos gradual y continuo."

domingo, 14 de junio de 2009

Shijing, nº 140

Shijing, nº 140

En la puerta de oriente,
sauces y chopos.
Espesas son sus copas,
son bien frondosos.

Es al ponerse el sol
la hora fijada;
brillan y brillan ya
estrellas claras.

En la puerta de oriente,
sauces y álamos.
Espesas son sus copas,
son bien lozanos.

Es al ponerse el sol
la hora fijada;
en el cielo relumbran
estrellas claras.


Interpretación canónica: sátira contra la corrupción de los tiempos, debido a la cual los jóvenes no se casaban a la hora del día ni en la estación apropiadas.

Interpretación natural: un amante plantado.

jueves, 11 de junio de 2009

Shijing, nº 228

Shijing, nº 228

En la ciénaga moreras,
grandes las hojas crecidas.
Tras ver al buen caballero,
¡qué gran dicha, qué gran dicha!

En la ciénaga moreras,
mojadas las hojas brillan.
Tras ver al buen caballero,
¿cómo no contar la dicha?

En la ciénaga moreras,
verdes las hojas lucían.
Tras ver al buen caballero
nos junta su nombradía.

Corazón lleno de amor,
¿cómo no lo contaría?
En el corazón guardado,
¿cuándo olvidarlo podría?


Interpretación canónica: es una sátira contra el rey. Hombres mediocres ocupaban los altos cargos mientras que los sabios vivían retirados; el poeta los añora.

Pero M. Granet no está de acuerdo:

Les mûriers du val, quelle force !
leur feuillage, quelle beauté !
Sitôt que je vois mon seigneur,
ma joie, quelle n'est-elle pas !

Les mûriers du val, quelle force !
leur feuillage, quelle douceur !
Sitôt que je vois mon seigneur,
allons ! quelle n'est pas ma joie !

Les mûriers du val, quelle force !
leur feuillage, quel vert profond !
Sitôt que je vois mon seigneur,
son prestige, qu'il agit fort !

Celui donc que dans mon cœur j'aime,
est-il trop loin pour y songer ?
Lui, que du fond du cœur j'estime,
lui, quand pourrais-je l'oublier ?

lunes, 8 de junio de 2009

Enjambres de exámenes

Del muy productivo verbo latino ágere se formó el compuesto exígere, que significa "expulsar" y muchas otras cosas (entre ellas, nuestro "exigir"); y de éste el sustantivo examen, exáminis, del que ahora nos ocupamos. Dos sentidos originarios tuvo, bien diferentes.

Por una parte, examen denotaba una "multitud de abejas con su maestra, que juntas salen de una colmena para formar otra colonia", o sea, un enjambre. Y, a poco que se piense, se caerá en la cuenta de que "enjambre" es exámine como "hombre" es hómine o "hambre" es fámine.

Los "enjambres" se mencionan desde los orígenes del castellano. Por ejemplo, así decía el Fuero de Plasencia a comienzos del s. XIV:

     "Si el enxambre exier [saliere] de un corcho e en otro entrare en que sean abexas, el sennor del baso conpre el enxambre por quinta de maravedi o lo ayan a medias."

Por otra parte, examen también significaba en latín "fiel de la balanza". De aquí, "acción de pesar", "acción de medir" y finalmente "examen", "consideración".

En estos últimos sentidos pasó tempranamente como cultismo al castellano; por ejemplo, un siglo después del Fuero de Plasencia dice el "Rimado de Palacio":

     Quando van a ordenarse, tanto que lleven plata,
     luego pasan examen sin ninguna barata.

Vuelve junio, el mes de exámenes. Los pedagogos, tecnoeducadores y bolonios (acepción segunda) pretenden reemplazarlos por flexibles y continuas "evaluaciones". Palabra que, en última instancia, remite al valere latino, o sea, a la fuerza física. ¿Qué será más fácil: medir el peso de un alumno o su vigor?