Shijing, nº 205
Por altos cerros del norte
voy cogiendo cambroneras.
Un hidalgo vigoroso
de sol a sol en la brega.
Negocios del rey atiendo,
por mis padres tengo pena.
Las que hay bajo el ancho cielo
todas son tierras del rey.
Los que están de costa a costa,
todos son vasallos de él.
Los ministros no son justos,
sólo yo lo puedo hacer.
Cuatro corceles cabalgo,
pesan del rey los negocios.
Bueno soy, y aún no viejo,
siempre presto como pocos.
Fuerte aún está mi espalda,
los cuatro extremos recorro.
Unos se deleitan
reposando en casa,
otros en negocios
del reino se cansan.
Unos en sus lechos
tendidos descansan,
otros en oficios
continuo se afanan.
Unos ni de gritos
ni de alarmas saben,
otros trabajando
penan miserables.
Unos perezosos
duermen hasta tarde,
otros los negocios
del rey hacen fáciles.
Unos se zambullen
en el vino alegres,
otros infelices
ser culpados temen.
Unos como el aire
hablan, van y vienen,
otros sin dispensa
todo asunto emprenden.
domingo, 1 de febrero de 2009
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