martes, 20 de octubre de 2015

Tiempo preelectoral

En su diálogo De Oratore, así hace hablar Cicerón a Craso:

Lo cierto es que cuando yo era candidato a alguna magistratura, solía al solicitar los votos apartar de mi lado a Scévola, diciéndole que me proponía hacer el necio, esto es, pedir con muchos halagos, lo cual si no se hace neciamente nunca se consigue. Y este es uno de esos hombres en cuya presencia jamás querría yo hacer el necio. 

(Equidem, cum peterem magistratum, solebam in prensando dimittere a me Scaevolam, cum ei ita dicerem, me velle esse ineptum: id erat petere blandius; quod nisi inepte fieret, bene non posset fieri. Hunc autem esse unum hominem ex omnibus, quo praesente ego ineptus esse minime vellem.)

lunes, 31 de agosto de 2015

Mis greatest hits del curso 2014/15

(Los apunto aquí por si viene el doctor Alzheimer y me los quita de la cabeza.)

sábado, 29 de agosto de 2015

Coplillas de un ciudadano de la tercera edad



DOGGEREL BY A SENIOR CITIZEN
Wystan Hugh Auden (1907-1973)

 En mil novecientos  y sesenta y nueve
mío este planeta     llamar no se puede:
es decir, un mundo   que fuerzas me dé
para bien a raya     el caos tener.

 Mis vistas queridas, mis climas soñados,
son una creación      del tiempo eduardiano
cuando eran enormes   los cuartos de baño
y nadie comía         sin haber rezado.

 Y los automóviles,   y los aeroplanos,
son cacharros útiles  aunque algo ordinarios.
Con máquinas sueño    que movidas son
por aguas corrientes  o por el vapor.

 La razón me obliga;  doy mi aprobación
a la luz eléctrica,   pero no mi amor.
Mucho más respeto     merece, a mi juicio,
una luz de gas        en el descansillo.

 Contra los fantasmas de casa luché,
mas de sus valores... de esos no dudé:
Creo que la ética     protestante es práctica
cuando se trabaja     -y también empática.

 Cuando las parejas  düetos cantaban
obscenas las deudas  se consideraban.
Y continuaré         hasta mi final
pagando en dinero    lo que he de comprar.

 El libro de misa    con el que crecimos
era el redactado      hace ya tres siglos:
y aunque algún sermón  progre sea bueno,
cambiar la liturgia   ha sido el infierno.

 Como siempre el sexo   era -por supuesto-
el más atractivo      de entre los misterios.
Pero los kïoskos      en aquellos tiempos
no suministraban      porno maniqueo.

 Con buenas maneras  un arte era hablar
como el abstenerse   de peer y eructar:
Decir qué es peor    no creo que pueda,
si es el verso libre   o la antinovela.

 Ni son mis amigos   esos profesores
que mitos y símbolos  remueven y roen:
un hombre de letras  yo me considero
a quien superiores   leen, o eso espero.

 Permisividad...         ¿Quién dirá que ha sido
una gran mejora          en lo educativo?
¡Más cuerdas las clases  donde me senté
y latín y griego         forzado estudié!

 Aunque esta palabra   me suene muy mal...
si existe una brecha   generacional,
¿de quién es la culpa? Del joven o el viejo
que aprender no quiere su idioma materno.

 Pero Amor, al menos,    es un cierto estado
que ni está de moda      ni de ella ha pasado.
Y, es verdad, algún      buen amigo tengo
con quien como y charlo  en cualquier momento.

 ¿Yo un inadaptado? ¡Tonterías! Es que,
como un somatén     que con ello debe
mantener refriegas, me siento en mi hogar
fundamentalmente    con lo que es Real.

Original: aquí

domingo, 23 de agosto de 2015

Parnaso español, 1914


En 1914 se publicó en Barcelona una colección de poesías titulada "Parnaso Español Contemporáneo. Antologia Completa de los mejores poemas", editada por la Casa Maucci y  "esmeradamente seleccionada por José Brissa".

El señor Brissa, nacido en Madrid en 1868, periodista y poeta, traductor y editor, debió de ser una figura interesante. En el Apéndice a la Enciclopedia Espasa se resume su vida hasta 1931. ¿Qué sería de él durante los años, agitados y violentos, que a partir de entonces se sucedieron en España y en Europa? No he podido averiguarlo... En cualquier caso, era hombre de gustos poéticos amplios y eclécticos. Escribe en las "Cuatro palabras al lector" que hacen de prólogo,

Ábranse las puertas del Parnaso para todos estos poetas  -me he dicho- que si alguno no lo es de verdad, tiempo y lugar habrá para que se censure la intromisión, cargándome a mí de ella la completa culpa.

En su generosidad recoge obras de 195 autores, nada menos; heterogéno conjunto donde aparecen poetas de todas las escuelas y rangos, desde un futuro premiado Nobel (Juan Ramón Jiménez) hasta modestos versificadores provincianos nunca conocidos por las masas letraheridas y olvidados hoy hasta por su descendencia.

Hojear las páginas de viejas antologías poéticas como esta es ejercicio que me atrevería a recomendar a todo escritor de poemas e incluso a cualquier persona curiosa. Nos saltarán a los ojos los lugares comunes de aquella época y los tópicos que entonces no se consideraban tales, sino signos de modernidad y manifestaciones del espíritu del tiempo. Y, tras alzar las cejas y sonreír con displicencia -¿qué otra cosa podríamos hacer, aburridos por la reiteración de las mismas palabras, las mismas imágenes y las mismas técnicas?- quizás nos percatemos de que las antologías de hoy -las antologías que contienen la poesía que nos parece "profunda" e "interesante"- están destinadas a producir los mismos efectos en sus posibles lectores de dentro de un siglo.

Pero basta de reflexiones morales. En realidad, el mayor placer que se obtiene hojeando estos libros es el de descubrir poemas desconocidos, escritos por poetas olvidados, capaces de golpearnos con toda su fuerza, aún no disipada, como el tapón del vino espumoso al abrir la botella. Traigamos dos ejemplos muy diferentes. He aquí el primero:

[...]

A media noche duerme el accionista
sobre blandos colchones,
y aun en sueño le pasan por la vista
dividendos, billetes y cupones.

El minero, en su choza miserable,
sobre el jergón dormita,
y en sueños ve pasar inolvidable
su constante ilusión : ¡la dinamita!

Un anciano Nicolás Estévanez escribió estos versos en 1913, un año antes de morir. Si decimos que el señor Estévanez participó en innumerables revoluciones y, según algunos, fue quien trajo de Francia la bomba que arrojó Mateo Morral, quizás el poema nos perturbe un poco más.

Y ahora otro ejemplo muy diferente: un poema que, no sé por qué, me ha causado una impresión profunda y perdurable:


-¡Nelo, apareja tu barca,
que a la aurora has de partir!
-Remeros de la comarca
no me han querido seguir ...

¡Si la princesa me embarca,
su Cisne ... he de conseguir!
-¡Hazte a la mar! -Honda y zarca
voy su extensión a medir...

Con matinal ventolina,
de gaviotas claro estol,
y sobre el agua hialina

un encendido arrebol...
pasa una vela latina
bajo la zona de sol.

He aquí un perfecto soneto modernista. Todo en él me seduce: el verso octosilábico, tan poco usado para esta estrofa; la alternancia de rimas llanas y agudas; las palabras cuidadosamente escogidas; el ambiente misterioso y legendario... ¿Quién lo escribió? La Condesa del Castellá es el nombre que lo encabeza. ¿Y quién era esta condesa? Doña Isabel María del Carmen Castellví y Gordon, décimo primera condesa de Carlet y condesa del Castellá nació en Madrid en 1865 y murió en 1949. Devota de Wagner y de Rubén, durante muchos años mantuvo un célebe salón literario en Barcelona. Conferenciante y articulísta, publicó también un libro de poesía: "Poema del cisne", Librería de Hernando, Madrid 1911. Y en ese libro, perdido entre abundante ganga rubeniana, aparece el oro puro del soneto que hemos transcrito.

viernes, 21 de agosto de 2015

Algunas cosas que han olvidado los animalistas...


... y que les recuerda el conde José de Maistre desde su exilio en San Petersburgo.


En los vastos dominios de la Naturaleza viviente reina una violencia manifiesta, una especie de rabia prescrita que arma a todos los seres "in mutua funera" [para su mutua destrucción]; desde que abandonáis el reino de lo insensible encontráis el decreto de la muerte violenta escrito en las mismas fronteras de la vida. Ya en el reino vegetal se empieza a sentir la ley: desde la inmensa catalpa a la más humilde de las gramíneas, ¡cuántas plantas mueren y cuántas son muertas! Pero desde que entráis en el reino animal la ley adquiere de repente una espantosa evidencia. Una fuerza, a la vez escondida y palpable, se muestra ocupada de continuo en poner al descubierto por medios violentos el principio de la vida. En cada una de las grandes divisiones de la especie animal ha escogido cierto número de animales y les ha encomendado devorar a los demás: hay insectos de presa, aves de presa, peces de presa y cuadrúpedos de presa. No hay un instante en que un ser vivo no sea devorado por otro. Y por encima de estas numerosas razas de animales está situado el hombre, cuya mano destructora no olvida nada de lo que vive: mata para alimentarse, mata para vestirse, mata para adornarse, mata para atacar, mata para defenderse, mata para instruirse, mata para divertirse, mata por matar. Rey soberbio y terrible, lo necesita todo y nada se le resiste [...] ¿Y esta ley se detendrá ante el hombre? Sin duda que no. ¿Y qué ser exterminará al que extermina a todos? Él. Es el hombre quien está encargado de degollar al hombre [...] ¿No oís a la tierra que grita y reclama sangre? La sangre de los animales no le basta [...]

sábado, 17 de enero de 2015

Una lista de poetas

El 10 de agosto de 2008 se publicó en el suplemento dominical del diario El País el artículo Cien escritores en español eligen los diez libros que cambiaron su vida. El título, la verdad, es un poco chocante; a las personas que conozco no les han cambiado la vida los libros, sino los amores, matrimonios, enfermedades, accidentes de tráfico y demás desgracias.

Pero hablamos de escritores, y ya se sabe que la vida de cada uno de ellos consiste fundamentalmente en escribir y hablar, casi siempre de Su Propia Obra y a veces de las ajenas. Así que es lógico que los libros se la cambien, pues en ellos pueden encontrar sólidos argumentos para alabar aquella y vituperar estas.

¿Aparecen libros de poesía en las listas de este artículo? ¿Algún escritor considera que leer poesía, esa arma cargada de futuro, ha corregido siquiera unos grados el rumbo de su existencia?

Aunque alguno se sorprenda, la respuesta es afirmativa.

He aquí los autores cuyos libros de poesía aparecen citados. Para cada autor hemos contabilizado (a mano, no garantizamos total exactitud) el número total de veces que alguno de sus libros poéticos ha sido mencionado. Hemos tenido que tomar algunas decisiones arbitrarias: por ejemplo, no hemos considerado la poesía dramática (las obras de teatro, para entendernos). Y si de algún autor se citaban obras poéticas y no poéticas, solo le hemos contabilizado estas últimas (y también las menciones a sus "Obras Completas", pues parece que muchos de los encuestados no solo fueron capaces de leer estos tochos, sino que su vida cambió tras leerlos.)

Poetas que aparecen más de una vez:
Homero. 11 veces (la mayoría, La Odisea)
Federico García Lorca. 8 veces (la mayoría, Poeta en Nueva York)
César Vallejo. 8 veces (la mayoría, Trilce)
Rainer Maria Rilke. 7 veces (la mayoría, Elegías del Duino)
Charles Baudelaire. 6 veces (la mayoría, Las flores del mal)
Jorge Luis Borges. 6 veces (4 por su obra completa)
T.S. Elliot. 6 veces (la mayoría, La tierra baldía)
Dante Alighieri. 5 veces (La divina comedia)
Pablo Neruda. 5 veces (la mayoría, Residencia en la Tierra)
Arthur Rimbaud. 5 veces (la mayoría, Un temporada en el Infierno)
San Juan de la Cruz. 4 veces
Gustavo Adolfo Bécquer. 3 veces (Rimas)
Jaime Gil de Biedma. 3 veces (Las personas del verbo)
Juan Ramón Jiménez. 3 veces
Ovidio. 3 veces (Metaformosis)
Francisco de Quevedo. 3 veces
Walt Whitman. 3 veces
Constantino Cavafis. 2 veces
Luis Cernuda. 2 veces (La realidad y el deseo)
Eduardo Cirlot. 2 veces (Bronwyn)
Emily Dickinson. 2 veces (Poemas)
Luis de Góngora. 2 veces
Ángel González. 2 veces
Horacio. 2 veces (Odas)
Antonio Machado. 2 veces
Octavio Paz. 2 veces
William Shakespeare. 2 veces (una vez los Sonetos y una vez las Obras Completas; por supuesto, sus obras dramáticas aparecen muchas más veces)
José Ángel Valente. 2 veces
Virgilio. 2 veces (Eneida)


Los siguientes poetas aparecen una sola vez:
El anónimo autor de la Epopeya de Gilgamesh
Rafael Alberti (Sobre los ángeles)
Vicente Aleixandre (Sombra del Paraíso)
Gabriel Aresti (Harri eta Herri)
W. H. Auden (Gracias, niebla)
Carlos Barral (Figuración y fuga)
İlhan Berk (Mar de Galilea)
Bertolt Brecht
Josep Carner (La inútil ofrena)
Anne Carson (Autobiography of Red)
Pedro Casariego Córdoba
Sor Juana Inés de la Cruz
Rubén Darío (Cantos de vida y esperanza)
Eliseo Diego (Libro de las maravillas de Boloña)
Bob Dylan
José María Eguren
Gunnar Ekelöf (Diván del príncipe de Emgión)
Salvador Espriu (El caminant i el mur)
Gabriel Ferrater (Menja't una cama)
Celso Emilio Ferreiro (Longa Noite de Pedra)
Juan Gil-Albert (Fuentes de la constancia)
Pere Gimferrer (La muerte en Beverly Hills)
Raúl González Tuñón (A la sombra de los barrios amados)
Nazim Hikmet
Vladimír Holan (Lamento)
Gerard Manley Hopkins
Vicente Huidobro (Altazor)
Edmond Jabès (El libro de las preguntas)
Roberto Juarroz
Giacomo Leopardi (Cantos)
Pierre Louÿs (Canciones de Bilitis)
Robert Lowell (Estudios del natural)
Lucrecio (De rerum natura)
Stéphane Mallarmé
Ósip Mandelshtám
Jorge Manrique (Coplas a la muerte de su padre)
Eugenio Montale (Huesos de sepia)
Francesco Petrarca (Cancionero)
Alejandra Pizarnik
Sylvia Plath (Ariel)
Ezra Pound
Jaime Sabines
Saint-John Perse (Elogios)
Pedro Salinas (La voz a ti debida)
Osvaldo Sánchez (Matar al último Venado)
Tomás Segovia (Anagnórisis)
Emilio Adolfo Westphalen (Belleza de una espada clavada en la lengua)

Hay algunos casos dudosos: El collar de la paloma de Ibn Hazm, ¿cuenta como poemario? ¿Y Les nourritures terrestres de Gide?


Antonio Gamoneda padre es citado por Antonio Gamoneda hijo, y eso no sé si vale. Luis García Montero es citado por su compañera; lo mismo digo.

Y las antologías tienen demasiados autores, así que tampoco las contabilizamos en la lista anterior. Son citadas alguna vez Las mil mejores poesías de la lengua castellana; los Diez siglos de poesía castellana (selección de Vicente Gaos); The Albatross Book of Verse (selección de Louis Untermeyer); y las galaicas Cantigas de escarnio e maldizer.

Al analizar la lista algunas cosas me resultan curiosas. Por ejemplo, que Gil de Biedma (un poeta sobrevalorado, pero no sabía que tanto) o Cirlot (como autor de culto está bien, pero dudo que haya cambiado la vida de nadie) sean más citados que Aleixandre o Pound. O que Whitman y Cavafis coticen tan a la baja; en mi juventud eran lo más de lo más. Pero quizás lo más sorprendente es que la Odisea y la Divina Comedia sean tan citados. La Odisea puede leerse como una novela de aventuras en versión para niños (que es como supongo lo hicieron quienes la citan); pero la Divina Comedia es un rollo inacabable que dudo que haya leído nadie completo y menos en su adolescencia.

E quindi uscimmo a riveder le stelle