sábado, 29 de agosto de 2015

Coplillas de un ciudadano de la tercera edad



DOGGEREL BY A SENIOR CITIZEN
Wystan Hugh Auden (1907-1973)

 En mil novecientos  y sesenta y nueve
mío este planeta     llamar no se puede:
es decir, un mundo   que fuerzas me dé
para bien a raya     el caos tener.

 Mis vistas queridas, mis climas soñados,
son una creación      del tiempo eduardiano
cuando eran enormes   los cuartos de baño
y nadie comía         sin haber rezado.

 Y los automóviles,   y los aeroplanos,
son cacharros útiles  aunque algo ordinarios.
Con máquinas sueño    que movidas son
por aguas corrientes  o por el vapor.

 La razón me obliga;  doy mi aprobación
a la luz eléctrica,   pero no mi amor.
Mucho más respeto     merece, a mi juicio,
una luz de gas        en el descansillo.

 Contra los fantasmas de casa luché,
mas de sus valores... de esos no dudé:
Creo que la ética     protestante es práctica
cuando se trabaja     -y también empática.

 Cuando las parejas  düetos cantaban
obscenas las deudas  se consideraban.
Y continuaré         hasta mi final
pagando en dinero    lo que he de comprar.

 El libro de misa    con el que crecimos
era el redactado      hace ya tres siglos:
y aunque algún sermón  progre sea bueno,
cambiar la liturgia   ha sido el infierno.

 Como siempre el sexo   era -por supuesto-
el más atractivo      de entre los misterios.
Pero los kïoskos      en aquellos tiempos
no suministraban      porno maniqueo.

 Con buenas maneras  un arte era hablar
como el abstenerse   de peer y eructar:
Decir qué es peor    no creo que pueda,
si es el verso libre   o la antinovela.

 Ni son mis amigos   esos profesores
que mitos y símbolos  remueven y roen:
un hombre de letras  yo me considero
a quien superiores   leen, o eso espero.

 Permisividad...         ¿Quién dirá que ha sido
una gran mejora          en lo educativo?
¡Más cuerdas las clases  donde me senté
y latín y griego         forzado estudié!

 Aunque esta palabra   me suene muy mal...
si existe una brecha   generacional,
¿de quién es la culpa? Del joven o el viejo
que aprender no quiere su idioma materno.

 Pero Amor, al menos,    es un cierto estado
que ni está de moda      ni de ella ha pasado.
Y, es verdad, algún      buen amigo tengo
con quien como y charlo  en cualquier momento.

 ¿Yo un inadaptado? ¡Tonterías! Es que,
como un somatén     que con ello debe
mantener refriegas, me siento en mi hogar
fundamentalmente    con lo que es Real.

Original: aquí

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