El 10
de agosto de 2008 se publicó en el suplemento dominical del diario El
País el artículo Cien escritores en español eligen los
diez libros que cambiaron su vida. El título, la verdad, es un poco
chocante; a las personas que conozco no les han cambiado la vida los libros,
sino los amores, matrimonios, enfermedades, accidentes de tráfico y demás
desgracias.
Pero
hablamos de escritores, y ya se sabe que la vida de cada uno de ellos consiste
fundamentalmente en escribir y hablar, casi siempre de Su Propia Obra y a veces
de las ajenas. Así que es lógico que los libros se la cambien, pues en ellos
pueden encontrar sólidos argumentos para alabar aquella y vituperar estas.
¿Aparecen
libros de poesía en las listas de este artículo? ¿Algún escritor considera que
leer poesía, esa arma cargada de futuro, ha corregido
siquiera unos grados el rumbo de su existencia?
Aunque
alguno se sorprenda, la respuesta es afirmativa.
He aquí
los autores cuyos libros de poesía aparecen citados. Para cada autor hemos
contabilizado (a mano, no garantizamos total exactitud) el número total de
veces que alguno de sus libros poéticos ha sido mencionado. Hemos tenido que
tomar algunas decisiones arbitrarias: por ejemplo, no hemos considerado la
poesía dramática (las obras de teatro, para entendernos). Y si de algún autor
se citaban obras poéticas y no poéticas, solo le hemos contabilizado estas
últimas (y también las menciones a sus "Obras Completas", pues parece
que muchos de los encuestados no solo fueron capaces de leer estos tochos, sino
que su vida cambió tras leerlos.)
Poetas
que aparecen más de una vez:
Homero.
11 veces (la mayoría, La Odisea)
Federico
García Lorca. 8 veces (la mayoría, Poeta en Nueva York)
César
Vallejo. 8 veces (la mayoría, Trilce)
Rainer
Maria Rilke. 7 veces (la mayoría, Elegías del Duino)
Charles
Baudelaire. 6 veces (la mayoría, Las flores del mal)
Jorge
Luis Borges. 6 veces (4 por su obra completa)
T.S.
Elliot. 6 veces (la mayoría, La tierra baldía)
Dante Alighieri. 5 veces (La divina comedia)
Pablo
Neruda. 5 veces (la mayoría, Residencia en la Tierra)
Arthur
Rimbaud. 5 veces (la mayoría, Un temporada en el Infierno)
San
Juan de la Cruz. 4 veces
Gustavo Adolfo Bécquer. 3 veces (Rimas)
Jaime
Gil de Biedma. 3 veces (Las personas del verbo)
Juan
Ramón Jiménez. 3 veces
Ovidio.
3 veces (Metaformosis)
Francisco
de Quevedo. 3 veces
Walt
Whitman. 3 veces
Constantino
Cavafis. 2 veces
Luis
Cernuda. 2 veces (La realidad y el deseo)
Eduardo Cirlot. 2 veces (Bronwyn)
Emily Dickinson. 2 veces (Poemas)
Luis de
Góngora. 2 veces
Ángel
González. 2 veces
Horacio.
2 veces (Odas)
Antonio
Machado. 2 veces
Octavio
Paz. 2 veces
William
Shakespeare. 2 veces (una vez los Sonetos
y una vez las Obras Completas; por supuesto, sus obras
dramáticas aparecen muchas más veces)
José
Ángel Valente. 2 veces
Virgilio.
2 veces (Eneida)
Los
siguientes poetas aparecen una sola vez:
El anónimo autor de la Epopeya de Gilgamesh
Rafael Alberti (Sobre los ángeles)
Vicente Aleixandre (Sombra del Paraíso)
Gabriel Aresti (Harri eta Herri)
W. H. Auden (Gracias, niebla)
Carlos Barral (Figuración y fuga)
İlhan Berk (Mar de Galilea)
Bertolt Brecht
Josep Carner (La inútil ofrena)
Anne
Carson (Autobiography of Red)
Pedro Casariego Córdoba
Sor Juana Inés de la Cruz
Rubén Darío (Cantos de vida y esperanza)
Eliseo Diego (Libro de las maravillas de Boloña)
Bob
Dylan
José
María Eguren
Gunnar Ekelöf (Diván del príncipe de Emgión)
Salvador Espriu (El caminant i el mur)
Gabriel Ferrater (Menja't una cama)
Celso Emilio Ferreiro (Longa Noite de Pedra)
Juan Gil-Albert (Fuentes de la constancia)
Pere Gimferrer (La muerte en Beverly Hills)
Raúl González Tuñón (A la sombra de los barrios amados)
Nazim Hikmet
Vladimír Holan (Lamento)
Gerard Manley Hopkins
Vicente Huidobro (Altazor)
Edmond
Jabès (El libro de las preguntas)
Roberto Juarroz
Giacomo Leopardi (Cantos)
Pierre Louÿs (Canciones de Bilitis)
Robert Lowell (Estudios del natural)
Lucrecio (De rerum natura)
Stéphane
Mallarmé
Ósip
Mandelshtám
Jorge Manrique (Coplas a la muerte de su padre)
Eugenio Montale (Huesos de sepia)
Francesco Petrarca (Cancionero)
Alejandra
Pizarnik
Sylvia Plath (Ariel)
Ezra Pound
Jaime Sabines
Saint-John Perse (Elogios)
Pedro Salinas (La voz a ti debida)
Osvaldo Sánchez (Matar al último Venado)
Tomás Segovia (Anagnórisis)
Emilio Adolfo
Westphalen (Belleza de una espada clavada en la lengua)
Hay
algunos casos dudosos: El collar de la paloma de Ibn Hazm,
¿cuenta como poemario? ¿Y Les nourritures terrestres de Gide?
Antonio
Gamoneda padre es citado por Antonio Gamoneda hijo, y eso no sé si vale. Luis
García Montero es citado por su compañera; lo mismo digo.
Y las
antologías tienen demasiados autores, así que tampoco las contabilizamos en la
lista anterior. Son citadas alguna vez Las mil mejores poesías de la
lengua castellana; los Diez siglos de poesía castellana
(selección de Vicente Gaos); The Albatross Book of Verse (selección
de Louis Untermeyer); y las galaicas Cantigas de escarnio e maldizer.
Al
analizar la lista algunas cosas me resultan curiosas. Por ejemplo, que Gil de
Biedma (un poeta sobrevalorado, pero no sabía que tanto) o Cirlot (como autor
de culto está bien, pero dudo que haya cambiado la vida de nadie) sean más
citados que Aleixandre o Pound. O que Whitman y Cavafis coticen tan a la baja;
en mi juventud eran lo más de lo más. Pero quizás lo más sorprendente es que la
Odisea y la Divina Comedia sean tan citados. La Odisea puede leerse como una
novela de aventuras en versión para niños (que es como supongo lo hicieron
quienes la citan); pero la Divina Comedia es un rollo inacabable que dudo que
haya leído nadie completo y menos en su adolescencia.
E quindi uscimmo a riveder le stelle
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