viernes, 3 de abril de 2009

Lo la, lo laico laico

La palabra griega λαός (laós) -atestiguada desde los primeros vestigios escritos y ampliamente usada por Homero- significaba "pueblo", frecuentemente designando el conjunto de gobernados en contraposición al de jefes y gobernantes. En este último sentido, se empleó en la traducción griega de la Biblia (la llamada de los Setenta) con el significado de "pueblo" como opuesto a sacerdotes y levitas.
A partir de laós, se formó el adjetivo λᾱϊκός (laikós) que, según Liddell y Scott, significaba "del pueblo"; "no oficial, civil", como muestran los papiros egipcios desde el siglo -III. Y -ya llegamos a nuestro asunto- como sustantivo, laikos significaba en el lenguaje jurídico "el cristiano que no es clérigo", como se puede comprobar en el Código (1.1.3.2) y en las Novelas (6.5).
Con este significado, laicus pasó al latín, donde se usó ampliamente y aún se usa.
Los diversos romances, hijos del latín, y los pueblos que los crearon, cristianos católicos, transformaron cada uno a su manera el laicus del latín eclesiástico. En la lengua castellana tenemos desde sus orígenes la palabra lego, producida a partir de laicus según las leyes de nuestra gramática histórica. Por ejemplo, decía el "Fuero de Soria" en 1196:

Si algún lego emplazare a clérigo o clérigo a lego para ante aquel juez o aquel alcalde que non debe...

Mas, siendo los clérigos en la Edad Media los únicos que recibían una cierta instrucción formal, lego pasó a significar también "ignorante"; y así tenemos los dos sentidos principales recogidos en nuestros diccionarios:

     -Que no tiene órdenes clericales.
     -Falto de letras o de noticias.

Así como el patrimonial y castizo lego es palabra frecuentísima en todas las épocas, su doblete culto laico se empleó muy poco hasta mediados del s. XIX. La primera vez que se recoge en el diccionario académico es en 1817: "anticuado. Lego." Demos algunos ejemplos decimonónicos de laico con los dos sentidos citados. Por ejemplo, escribe Galdós en "Gloria":

"Gran cariño tenía a Rafael del Horro, joven espada de la Iglesia, una especie de apóstol laico, defensor enérgico del catolicismo y de los derechos eclesiásticos en el Congreso."

De donde se colige que la laicidad de Rafael del Horro no tenía mucho que ver con la de Peces Barba. Y en el segundo sentido dice humorísticamente Bretón de los Herreros:

     Y perdona, oh lector, si soy prosaico;
     pero es la trompa homérica instrumento
     para el cual me confieso rudo y laico.

Pero las palabras cambian y el eufemismo no es la menor de las fuerzas que las transforman. Ya en la segunda mitad del s. XIX comienza a prodominar en el uso de laico otro significado; partiendo de la primitiva oposición laico/clerical, suavemente se va pasando a otra más radical: laico/religioso. El diccionario académico se resiste a sancionar el cambio; hasta 1914 no se añade una nueva definición, y aún ésta restringida: "dícese de la escuela o enseñanza en que se prescinde de la instrucción religiosa." Así permanece hasta el nuevo milenio; en la versión electrónica actual se ha suprimido la restricción y se emplea una expresión más suave: "independiente de cualquier organización o confesión religiosa."

Y esta historia que mejor o peor hemos contado, ¿a quién puede interesar? Quizás a los paladines de lo laico, en el sentido Gregorio Peces, pues pueden jactarse de que laico, yendo a la raíz de las cosas, significa algo así como "democrático" o "popular". Pero también a sus adversarios, que igualmente pueden decir que el "laicismo", bien mirado, es propio de gente "falta de letras y noticias" (ahora que caigo, este laicismo sí que se ha impuesto sin disputa en la escuela española...)

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