Shijing, nº 56
Tañe el tambor junto al río
a solaz el ermitaño.
Duerme a solas, vela y habla
y jura nunca olvidarlo.
Tañe el tambor en el cerro
con despacio el ermitaño.
Duerme, a solas vela y canta
y jura nunca cruzarlo.
Tañe el tambor tierra adentro,
al eje va el ermitaño.
A solas la noche pasa
y jura nunca contarlo.
Daremos otras dos versiones bien diferentes. Según el P. Elorduy:
Vida deleitosa
Vive feliz en su choza, al borde del valle.
Allí se dilata su gran corazón,
allí duerme, allí despierta solitario.
Jura nunca olvidar aquella su vida.
Vive dichoso en su choza, de la montaña agreste.
Allí se espacia su gran corazón,
allí duerme solitario, allí se despierta y canta.
Jura no dejarla jamás por otra.
Vive contento en su choza sobre la meseta.
Allí enferma este gran hombre.
Solitario, allí duerme, allí despierta.
Jura no decir jamás a nadie su dicha.
Arthur Waley se imagina algo muy diferente, y lo justifica citando a M. Granet:
Drumming and dancing
Drumming and dancing in the gully
How light-hearted was the tall man!
Subtler than any of them at capping stories.
And he swore he would never forget me.
Drumming and dancing along the bank,
How high-spirited was the tall man!
Subtler than any at capping stories.
And he swore he would never fail me.
Dancing and drumming on the high ground,
How gay was that tall man!
Subtler than any at capping whistled tunes.
And he swore his love would never end.
I think that too many of the songs have been explained by M. Granet as being connected with a festival of courtship in which the girls and boys lined up on opposite sides of a stream -a type of festival well-known in Indochina. This song, however, is clearly connected with such a meeting.
sábado, 18 de abril de 2009
martes, 7 de abril de 2009
Shijing, nº 91
Shijing, nº 91
Vueltas azules
tiene tu capa;
tristes sentires
llevo en el alma.
Aunque aquí quedo,
¿cómo es que callas?
Cuentas azules
tiene tu banda;
tristes pensares
llevo en el alma.
¿Cómo no vienes
aunque no vaya?
¡Ay! ¡Qué elección!
¡Qué buen suceso!
Cabe la puerta
del muro espero;
sin verte un día
es como ciento.
Según el P. Elorduy:
[Por qué no vienes a verme. Las solapas azules las llevaban los estudiantes.]
Señorito de solapas azules,
mi corazón por ti suspira.
Aunque yo no vaya a verte,
¿por qué no quieres dejarte oír?
Señorito de la hebilla del cinturón azul,
pensando en ti paso largas horas.
Aunque yo no vaya a verte,
¿por qué no quieres venir a mí?
Juegas y te diviertes en la torre de las murallas.
El día que no te vea se me hace largo como tres meses.
García-Noblejas nos transmite la imaginativa lectura tradicional: dado que para el maestro Mao los cuellos azules identificaban a los estudiantes, y dado que los estudiantes poco aplicados gustaban de subir a las alturas, el poema es una crítica del abandono de los estudios, que se produce en los tiempos sin orden.
La verdad es que es difícil dejar de percibir el tono erótico del poema... máxime si tenemos en cuenta que uno de los sentidos de tiao, según los diccionarios, es "incitar" (otro es "elegir".)
Vueltas azules
tiene tu capa;
tristes sentires
llevo en el alma.
Aunque aquí quedo,
¿cómo es que callas?
Cuentas azules
tiene tu banda;
tristes pensares
llevo en el alma.
¿Cómo no vienes
aunque no vaya?
¡Ay! ¡Qué elección!
¡Qué buen suceso!
Cabe la puerta
del muro espero;
sin verte un día
es como ciento.
Según el P. Elorduy:
[Por qué no vienes a verme. Las solapas azules las llevaban los estudiantes.]
Señorito de solapas azules,
mi corazón por ti suspira.
Aunque yo no vaya a verte,
¿por qué no quieres dejarte oír?
Señorito de la hebilla del cinturón azul,
pensando en ti paso largas horas.
Aunque yo no vaya a verte,
¿por qué no quieres venir a mí?
Juegas y te diviertes en la torre de las murallas.
El día que no te vea se me hace largo como tres meses.
García-Noblejas nos transmite la imaginativa lectura tradicional: dado que para el maestro Mao los cuellos azules identificaban a los estudiantes, y dado que los estudiantes poco aplicados gustaban de subir a las alturas, el poema es una crítica del abandono de los estudios, que se produce en los tiempos sin orden.
La verdad es que es difícil dejar de percibir el tono erótico del poema... máxime si tenemos en cuenta que uno de los sentidos de tiao, según los diccionarios, es "incitar" (otro es "elegir".)
viernes, 3 de abril de 2009
Lo la, lo laico laico
La palabra griega λαός (laós) -atestiguada desde los primeros vestigios escritos y ampliamente usada por Homero- significaba "pueblo", frecuentemente designando el conjunto de gobernados en contraposición al de jefes y gobernantes. En este último sentido, se empleó en la traducción griega de la Biblia (la llamada de los Setenta) con el significado de "pueblo" como opuesto a sacerdotes y levitas.
A partir de laós, se formó el adjetivo λᾱϊκός (laikós) que, según Liddell y Scott, significaba "del pueblo"; "no oficial, civil", como muestran los papiros egipcios desde el siglo -III. Y -ya llegamos a nuestro asunto- como sustantivo, laikos significaba en el lenguaje jurídico "el cristiano que no es clérigo", como se puede comprobar en el Código (1.1.3.2) y en las Novelas (6.5).
Con este significado, laicus pasó al latín, donde se usó ampliamente y aún se usa.
Los diversos romances, hijos del latín, y los pueblos que los crearon, cristianos católicos, transformaron cada uno a su manera el laicus del latín eclesiástico. En la lengua castellana tenemos desde sus orígenes la palabra lego, producida a partir de laicus según las leyes de nuestra gramática histórica. Por ejemplo, decía el "Fuero de Soria" en 1196:
Si algún lego emplazare a clérigo o clérigo a lego para ante aquel juez o aquel alcalde que non debe...
Mas, siendo los clérigos en la Edad Media los únicos que recibían una cierta instrucción formal, lego pasó a significar también "ignorante"; y así tenemos los dos sentidos principales recogidos en nuestros diccionarios:
-Que no tiene órdenes clericales.
-Falto de letras o de noticias.
Así como el patrimonial y castizo lego es palabra frecuentísima en todas las épocas, su doblete culto laico se empleó muy poco hasta mediados del s. XIX. La primera vez que se recoge en el diccionario académico es en 1817: "anticuado. Lego." Demos algunos ejemplos decimonónicos de laico con los dos sentidos citados. Por ejemplo, escribe Galdós en "Gloria":
"Gran cariño tenía a Rafael del Horro, joven espada de la Iglesia, una especie de apóstol laico, defensor enérgico del catolicismo y de los derechos eclesiásticos en el Congreso."
De donde se colige que la laicidad de Rafael del Horro no tenía mucho que ver con la de Peces Barba. Y en el segundo sentido dice humorísticamente Bretón de los Herreros:
Y perdona, oh lector, si soy prosaico;
pero es la trompa homérica instrumento
para el cual me confieso rudo y laico.
Pero las palabras cambian y el eufemismo no es la menor de las fuerzas que las transforman. Ya en la segunda mitad del s. XIX comienza a prodominar en el uso de laico otro significado; partiendo de la primitiva oposición laico/clerical, suavemente se va pasando a otra más radical: laico/religioso. El diccionario académico se resiste a sancionar el cambio; hasta 1914 no se añade una nueva definición, y aún ésta restringida: "dícese de la escuela o enseñanza en que se prescinde de la instrucción religiosa." Así permanece hasta el nuevo milenio; en la versión electrónica actual se ha suprimido la restricción y se emplea una expresión más suave: "independiente de cualquier organización o confesión religiosa."
Y esta historia que mejor o peor hemos contado, ¿a quién puede interesar? Quizás a los paladines de lo laico, en el sentido Gregorio Peces, pues pueden jactarse de que laico, yendo a la raíz de las cosas, significa algo así como "democrático" o "popular". Pero también a sus adversarios, que igualmente pueden decir que el "laicismo", bien mirado, es propio de gente "falta de letras y noticias" (ahora que caigo, este laicismo sí que se ha impuesto sin disputa en la escuela española...)
A partir de laós, se formó el adjetivo λᾱϊκός (laikós) que, según Liddell y Scott, significaba "del pueblo"; "no oficial, civil", como muestran los papiros egipcios desde el siglo -III. Y -ya llegamos a nuestro asunto- como sustantivo, laikos significaba en el lenguaje jurídico "el cristiano que no es clérigo", como se puede comprobar en el Código (1.1.3.2) y en las Novelas (6.5).
Con este significado, laicus pasó al latín, donde se usó ampliamente y aún se usa.
Los diversos romances, hijos del latín, y los pueblos que los crearon, cristianos católicos, transformaron cada uno a su manera el laicus del latín eclesiástico. En la lengua castellana tenemos desde sus orígenes la palabra lego, producida a partir de laicus según las leyes de nuestra gramática histórica. Por ejemplo, decía el "Fuero de Soria" en 1196:
Si algún lego emplazare a clérigo o clérigo a lego para ante aquel juez o aquel alcalde que non debe...
Mas, siendo los clérigos en la Edad Media los únicos que recibían una cierta instrucción formal, lego pasó a significar también "ignorante"; y así tenemos los dos sentidos principales recogidos en nuestros diccionarios:
-Que no tiene órdenes clericales.
-Falto de letras o de noticias.
Así como el patrimonial y castizo lego es palabra frecuentísima en todas las épocas, su doblete culto laico se empleó muy poco hasta mediados del s. XIX. La primera vez que se recoge en el diccionario académico es en 1817: "anticuado. Lego." Demos algunos ejemplos decimonónicos de laico con los dos sentidos citados. Por ejemplo, escribe Galdós en "Gloria":
"Gran cariño tenía a Rafael del Horro, joven espada de la Iglesia, una especie de apóstol laico, defensor enérgico del catolicismo y de los derechos eclesiásticos en el Congreso."
De donde se colige que la laicidad de Rafael del Horro no tenía mucho que ver con la de Peces Barba. Y en el segundo sentido dice humorísticamente Bretón de los Herreros:
Y perdona, oh lector, si soy prosaico;
pero es la trompa homérica instrumento
para el cual me confieso rudo y laico.
Pero las palabras cambian y el eufemismo no es la menor de las fuerzas que las transforman. Ya en la segunda mitad del s. XIX comienza a prodominar en el uso de laico otro significado; partiendo de la primitiva oposición laico/clerical, suavemente se va pasando a otra más radical: laico/religioso. El diccionario académico se resiste a sancionar el cambio; hasta 1914 no se añade una nueva definición, y aún ésta restringida: "dícese de la escuela o enseñanza en que se prescinde de la instrucción religiosa." Así permanece hasta el nuevo milenio; en la versión electrónica actual se ha suprimido la restricción y se emplea una expresión más suave: "independiente de cualquier organización o confesión religiosa."
Y esta historia que mejor o peor hemos contado, ¿a quién puede interesar? Quizás a los paladines de lo laico, en el sentido Gregorio Peces, pues pueden jactarse de que laico, yendo a la raíz de las cosas, significa algo así como "democrático" o "popular". Pero también a sus adversarios, que igualmente pueden decir que el "laicismo", bien mirado, es propio de gente "falta de letras y noticias" (ahora que caigo, este laicismo sí que se ha impuesto sin disputa en la escuela española...)
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