Tú invicto Hileo y Folo inmolas fuerte
por tu mano -los centauros que de nubes
nacieron- y monstruos de Creta, y al grande
león de la roca nemea das muerte.
Estigias lagunas temblaron por ti;
por ti el guardador del Infierno tembló
recostado sobre huesos remordidos
allá en su sangrienta escondida caverna.
Mas tú no temiste apariencia ninguna
ni al mismo Tifeo arriscado y sus armas;
y al cercarte con su turba de cabezas
firme la hidra en Lerna pudo verte.
¡Salve, oh tú en verdad de Jove prole, aumento
de la gloria de los dioses! Y propicio
con pie favorable a nosotros acude
y a tus ritos.
Hércules es modelo de conducta para los estoicos. Dice Epicteto:
Hércules, puesto a prueba por Euristeo, no se consideró jamás infeliz; por el contrario, ejecutaba con la mayor diligencia y perfección los difíciles trabajos que el tirano le encomendaba. Entonces, ¿cómo tú, puesto a prueba por los dioses -a quienes tanto debes, empezando por tu nacimiento- osas lamentarte y dejar oír entre gritos tu desgracia?... ¡Qué cobardía! ¡Qué miseria!
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lunes, 13 de junio de 2011
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