Floresta de poesías útiles y provechosas para educar a la juventud en el noble arte de la injuria
Estos tres poemas son buenos para cualquier ocasión:
(S. Jerónimo flagelado por los ángeles, por Zurbarán (detalle). Monasterio de Guadalupe)
"Los ángeles a porfía
grandes azotes le dan
porque a Cicerón leía."
-¡Ira de Dios, qué sería
si leyera a Montalbán!
(Quevedo)
En un cartelón leí
que tu obrilla baladí
la vende Navamorcuende...
No ha de decir que la vende,
sino que la tiene allí.
(Leandro Fdez. de Moratín)
Pedancio, a los botarates
que te ayudan en tus obras
no los mimes ni los trates;
tú te bastas y te sobras
para escribir disparates.
(Leandro Fdez. de Moratín)
Estos dos son buenos para poetas:
Donde Tomás brilla más
es en los versos, Calixto.
Y lo peor que yo he visto
son los versos de Tomás.
(Miguel Agustín Príncipe)
Ningunos versos refieres
en pública ni en secreta
parte, y parecer poeta
entre los ingenios quieres.
Sé, Robles, cuanto quisieres
con tal que, en burlas ni de veras,
ningunos versos refieras,
pues serán tan malos ellos
que, por no oillos ni vellos,
diré que eres más que quieras.
(Quevedo)
Este es bueno para articulistas:
Por no saber Juan qué hacer
a periodista se echó
y el público le leyó
por no saber qué leer.
(Miguel Agustín Príncipe)
Este, para quienes publican sus memorias:
Su vida escribió Benito
a los siglos por venir.
Bien hizo el autor maldito,
que si él no la hubiera escrito,
¿quién la había de escribir?
(Manuel Bretón de los Herreros)
Y este, para escritores de teatro:
En Bombay dicen que hay
terrible peste bubónica
y aquí Urrecha hace la crónica
de un drama de Echegaray...
¡Mejor están en Bombay!
(Valle-Inclán)