...en propias palabras de su autor:
¿Cuál puede ser una vida que comienza entre los gritos de la madre que la da y los lloros del hijo que la recibe? (Cr. V) Si bien se nota, todo cuanto hay se burla del miserable hombre: el mundo le engaña, la vida le miente, la fortuna le burla, la salud le falta, la edad se pasa, el mal le da prisa, el bien se le ausenta, los años huyen, los contentos no llegan, el tiempo vuela, la vida se acaba, la muerte le coge, la sepultura le traga, la tierra le cubre, la pudrición le deshace, el olvido le aniquila. (Cr. VII)
Por ello, las cosas del mundo todas se han de mirar al revés para verlas al derecho (Cr. VIII)
Y que cada uno por sí lo averigüe: más vale ser necio con todos que cuerdo a solas. (Cr. VI); muchas veces los sabios yerran para que no revienten los necios. (Cr. XIII). Pues estas piedras las arrojan aquí los viandantes, que en eso pagan la enseñanza; ese es el galardón que se da a todo maestro, y entiendan los de la verdad y virtud que hasta las piedras se han de levantar contra ellos. (Cr. V)
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