- Como aperitivo, esta joyita mozartiana, interpretada como nadie más lo ha hecho -y no es figura retórica- por María Yúdina: Fantasía in re menor K397. Y hablando de Yúdina, no dejéis de oír la grabación más dramática de la historia, la del Concierto para piano nº 23 de Mozart realizada en 1943 por Yúdina y la Orquesta Sinfónica de la Radio de Moscú (lo de dramática tampoco es figura retórica: leed la historia, narrada por Shostakóvich, que se reproduce en el primero de los enlaces): Primer movimiento, Segundo movimiento, Tercer movimiento.
- Pasemos a algo más moderno y apropiado para cualquier ambiente minimalista u orientalizante: Anahit, compuesta en 1965 por el excéntrico conde italiano Giacinto Scelsi (Diégo Tosi, violín, y Ensemble intercontemporain dirigido por Matthias Pintscher). Os hago gracia de sus Quattro pezzi su una nota sola.
- Retrocedamos siete siglos para oír los restos de la lírica gallegoportuguesa: Mandad'ei comigo de Martín Códax por el Ensemble Oni Wytars, y O que vos nunca cuidei a dizer del rey Don Dinís de Portugal, cantado por la polaca Paulina Ceremuzynska.
- Volvemos al siglo XX para oír Metastaseis de Iannis Xenakis. Hans Rosbaud dirige la OS de la Radio del Sudoeste de Alemania. Hay que atrapar al oyente -decía Xenakis- y, le guste o no, atraerlo hacia la ruta de los sonidos, sin que sea necesaria una formación especial. ¿Lo consigue en esta obra?
- Demos a nuestros oídos un descanso clásico. Liszt acometió el hercúleo trabajo de transcribir para piano solo las sinfonías de Beethoven... y salió airoso. He aquí una muestra: el Cuarto movimiento de la Séptima. Al piano Cyprien Katsaris.
- Y ahora algo muy diferente. Si los memohistóricos fueran menos memos o estudiaran algo más de Historia, alguna calle o conservatorio de España llevaría ya el nombre del brigadista Conlon Nancarrow. He aquí dos de sus menos chocantes obras: el Estudio nº 7 (con una visualización de Stephen Malinowski) y el Estudio nº 3a.
- Una última pieza clásica: las extrañas sonoridades del Scherzo del Cuarteto de cuerda nº 1 del químico, médico y músico Alexandr Borodin, interpretado por el conjunto que lleva su nombre.
- Y, para acabar, un delirante villancico dodecafónico: Los doce tonos de Navidad de Richard McQuillan.
viernes, 26 de agosto de 2016
Lista de reproducción 2015/16
martes, 16 de agosto de 2016
Elecciones USA 2016
Algunas cuartetas sobre un tema de actualidad.
I
¡Qué purria! No me convence
ninguno. ¡Vaya cochambre!
Jugad los juegos del hambre...
y gobierne Jen Lawrence.
II
Con trampas dicen que Trump ha
dicho que le harán perder.
A él o a Hillary escoger:
eso sí que es una trampa.
III
Tras ver a Donald y a Hilaria
parece genial Mariano
Pedro casi sobrehumano
y Albert una luminaria.
IV
Esto nos demuestra Hilaria:
quien estudió el Common Law
no es mejor que quien cantó
nuestra Ley Hipotecaria.
V
Son los méritos de Hilaria:
en Libia armar un tangay,
adular al lobby gay
y apencar con la becaria.
VI
Ya a Satanás cantó Milton
y Lord Byron al pirata;
yo no os pienso dar la lata
hablando de Mrs. Clinton.
VII
Dicen que es rico Donaldo;
yo no lo discutiré.
Ahora, que ese bisoñé
se lo ha comprado en un saldo.
VIII
En cara de naranjito
chulerías de macarra;
e ideas de bar y barra
en cabeza de chorlito.
viernes, 12 de agosto de 2016
El oficio de poeta
Calvert Watkins (How to kill a dragon, 1995) cita a O. Bergin (Bardic Poetry, 1912), quien reproduce un texto de Thomas 0'Sullivane (s. XVIII) donde se describe una escuela poética de la Irlanda del s. XVI, justo antes de la destrucción de la civilización céltica:
El Seminario de poetas estaba abierto solo para quienes eran descendientes de poetas afamados en su tribu [...]
La construcción era una cabaña, baja y confortable, con camas a distancias convenientes, cada una con una pequeña alcoba sin muchos muebles [...] No había ventanas que dejaran entrar la luz del día, ni más iluminación que la de las velas, que únicamente se traían cuando era oportuno[...]
Los profesores proponían un tema apropiado a la capacidad de cada clase, determinando un número de rimas, y aclarando lo que debía principalmente tenerse en cuenta en lo relativo a las sílabas, cuartetas, concordancias, correspondencias y uniones [estos son téminos técnicos de la métrica irlandesa], y cada uno de estos aspectos estaba restringido por sus propias reglas. Habiendo sido propuesto dicho tema (uno o varios) de noche, los alumnos trabajaban en él, cada uno en su propia cama, durante todo el día siguiente, a oscuras, hasta cierta hora de la noche. Entonces se traían luces y escribían; se vestían y se reunían en una gran sala, donde los profesores estaban esperando, y cada alumno presentaba sus resultados, que eran corregidos o aprobados y según ello se proponían los mismos temas para el siguiente día, u otros nuevos [...]
Cada sábado o víspera de día festivo, los alumnos se dispersaban entre los caballeros y hacendados del condado, quienes los atendían y agasajaban [...] No solo eso, por turnos enviaban cada semana licores y toda clase de provisiones para la subsistencia de la Academia [...]
Aún así la carrera era larga y tediosa, y pasaban seis o siete años antes de que obtuvieran su título [...]
¡Ay, cuánto daño hizo el Romanticismo! Desde el siglo XIX, se autodenomina poeta cualquier joven sin lecturas, ignorante de los matices de los sonidos y los sentidos, y aún de la gramática de su lengua. Como yo mismo...
martes, 20 de octubre de 2015
Tiempo preelectoral
Lo cierto es que cuando yo era candidato a alguna magistratura, solía al solicitar los votos apartar de mi lado a Scévola, diciéndole que me proponía hacer el necio, esto es, pedir con muchos halagos, lo cual si no se hace neciamente nunca se consigue. Y este es uno de esos hombres en cuya presencia jamás querría yo hacer el necio.
(Equidem, cum peterem magistratum, solebam in prensando dimittere a me Scaevolam, cum ei ita dicerem, me velle esse ineptum: id erat petere blandius; quod nisi inepte fieret, bene non posset fieri. Hunc autem esse unum hominem ex omnibus, quo praesente ego ineptus esse minime vellem.)
lunes, 31 de agosto de 2015
Mis greatest hits del curso 2014/15
- Fuga su un tema di Germanotta (Giovanni Dettori). Al piano, un amigo de G. Dettori.
- Prólogo y Acto I de L'Orfeo (Claudio Monteverdi). Jordi Savall y familia en el Liceo.
- Susanne un jour (Orlando de Lasso). Coro Vox Luminis.
- Chacona (Antonio Bertali). L'Arpeggiata y al violín Veronika Skuplik.
- Dúo "Pur ti miro" de L'Incoronazione di Poppea (Claudio Monteverdi). Cantan Philippe Jaroussky y Nuria Rial; otra vez L'Arpeggiata.
- Tarantella del Gargano (Tradicional). Media Aetas y canta Pino De Vittorio.
- Gesang der Jünglinge (Karlheinz Stockhausen). Música electrónica.
- Para Alina (Arvo Pärt). Al piano Jürgen Kruse.
- Summa (Arvo Pärt). Cantan Elora Festival Singers.
- Sinfonía nº 6, Tercer movimiento- Furiant (Antonin Dvorak). London Symphony Orchestra, Witold Rowicki.
sábado, 29 de agosto de 2015
Coplillas de un ciudadano de la tercera edad
En mil novecientos y sesenta y nueve
mío este planeta llamar no se puede:
es decir, un mundo que fuerzas me dé
para bien a raya el caos tener.
Mis vistas queridas, mis climas soñados,
son una creación del tiempo eduardiano
cuando eran enormes los cuartos de baño
y nadie comía sin haber rezado.
Y los automóviles, y los aeroplanos,
son cacharros útiles aunque algo ordinarios.
Con máquinas sueño que movidas son
por aguas corrientes o por el vapor.
La razón me obliga; doy mi aprobación
a la luz eléctrica, pero no mi amor.
Mucho más respeto merece, a mi juicio,
una luz de gas en el descansillo.
Contra los fantasmas de casa luché,
mas de sus valores... de esos no dudé:
Creo que la ética protestante es práctica
cuando se trabaja -y también empática.
Cuando las parejas düetos cantaban
obscenas las deudas se consideraban.
Y continuaré hasta mi final
pagando en dinero lo que he de comprar.
El libro de misa con el que crecimos
era el redactado hace ya tres siglos:
y aunque algún sermón progre sea bueno,
cambiar la liturgia ha sido el infierno.
Como siempre el sexo era -por supuesto-
el más atractivo de entre los misterios.
Pero los kïoskos en aquellos tiempos
no suministraban porno maniqueo.
Con buenas maneras un arte era hablar
como el abstenerse de peer y eructar:
Decir qué es peor no creo que pueda,
si es el verso libre o la antinovela.
Ni son mis amigos esos profesores
que mitos y símbolos remueven y roen:
un hombre de letras yo me considero
a quien superiores leen, o eso espero.
Permisividad... ¿Quién dirá que ha sido
una gran mejora en lo educativo?
¡Más cuerdas las clases donde me senté
y latín y griego forzado estudié!
Aunque esta palabra me suene muy mal...
si existe una brecha generacional,
¿de quién es la culpa? Del joven o el viejo
que aprender no quiere su idioma materno.
Pero Amor, al menos, es un cierto estado
que ni está de moda ni de ella ha pasado.
Y, es verdad, algún buen amigo tengo
con quien como y charlo en cualquier momento.
¿Yo un inadaptado? ¡Tonterías! Es que,
como un somatén que con ello debe
mantener refriegas, me siento en mi hogar
fundamentalmente con lo que es Real.
domingo, 23 de agosto de 2015
Parnaso español, 1914
En 1914 se publicó en Barcelona una colección de poesías titulada "Parnaso Español Contemporáneo. Antologia Completa de los mejores poemas", editada por la Casa Maucci y "esmeradamente seleccionada por José Brissa".
El señor Brissa, nacido en Madrid en 1868, periodista y poeta, traductor y editor, debió de ser una figura interesante. En el Apéndice a la Enciclopedia Espasa se resume su vida hasta 1931. ¿Qué sería de él durante los años, agitados y violentos, que a partir de entonces se sucedieron en España y en Europa? No he podido averiguarlo... En cualquier caso, era hombre de gustos poéticos amplios y eclécticos. Escribe en las "Cuatro palabras al lector" que hacen de prólogo,
Ábranse las puertas del Parnaso para todos estos poetas -me he dicho- que si alguno no lo es de verdad, tiempo y lugar habrá para que se censure la intromisión, cargándome a mí de ella la completa culpa.
En su generosidad recoge obras de 195 autores, nada menos; heterogéno conjunto donde aparecen poetas de todas las escuelas y rangos, desde un futuro premiado Nobel (Juan Ramón Jiménez) hasta modestos versificadores provincianos nunca conocidos por las masas letraheridas y olvidados hoy hasta por su descendencia.
Hojear las páginas de viejas antologías poéticas como esta es ejercicio que me atrevería a recomendar a todo escritor de poemas e incluso a cualquier persona curiosa. Nos saltarán a los ojos los lugares comunes de aquella época y los tópicos que entonces no se consideraban tales, sino signos de modernidad y manifestaciones del espíritu del tiempo. Y, tras alzar las cejas y sonreír con displicencia -¿qué otra cosa podríamos hacer, aburridos por la reiteración de las mismas palabras, las mismas imágenes y las mismas técnicas?- quizás nos percatemos de que las antologías de hoy -las antologías que contienen la poesía que nos parece "profunda" e "interesante"- están destinadas a producir los mismos efectos en sus posibles lectores de dentro de un siglo.
Pero basta de reflexiones morales. En realidad, el mayor placer que se obtiene hojeando estos libros es el de descubrir poemas desconocidos, escritos por poetas olvidados, capaces de golpearnos con toda su fuerza, aún no disipada, como el tapón del vino espumoso al abrir la botella. Traigamos dos ejemplos muy diferentes. He aquí el primero:
[...]
A media noche duerme el accionista
sobre blandos colchones,
y aun en sueño le pasan por la vista
dividendos, billetes y cupones.
El minero, en su choza miserable,
sobre el jergón dormita,
y en sueños ve pasar inolvidable
su constante ilusión : ¡la dinamita!
Un anciano Nicolás Estévanez escribió estos versos en 1913, un año antes de morir. Si decimos que el señor Estévanez participó en innumerables revoluciones y, según algunos, fue quien trajo de Francia la bomba que arrojó Mateo Morral, quizás el poema nos perturbe un poco más.
Y ahora otro ejemplo muy diferente: un poema que, no sé por qué, me ha causado una impresión profunda y perdurable:
-¡Nelo, apareja tu barca,
que a la aurora has de partir!
-Remeros de la comarca
no me han querido seguir ...
¡Si la princesa me embarca,
su Cisne ... he de conseguir!
-¡Hazte a la mar! -Honda y zarca
voy su extensión a medir...
Con matinal ventolina,
de gaviotas claro estol,
y sobre el agua hialina
un encendido arrebol...
pasa una vela latina
bajo la zona de sol.
He aquí un perfecto soneto modernista. Todo en él me seduce: el verso octosilábico, tan poco usado para esta estrofa; la alternancia de rimas llanas y agudas; las palabras cuidadosamente escogidas; el ambiente misterioso y legendario... ¿Quién lo escribió? La Condesa del Castellá es el nombre que lo encabeza. ¿Y quién era esta condesa? Doña Isabel María del Carmen Castellví y Gordon, décimo primera condesa de Carlet y condesa del Castellá nació en Madrid en 1865 y murió en 1949. Devota de Wagner y de Rubén, durante muchos años mantuvo un célebe salón literario en Barcelona. Conferenciante y articulísta, publicó también un libro de poesía: "Poema del cisne", Librería de Hernando, Madrid 1911. Y en ese libro, perdido entre abundante ganga rubeniana, aparece el oro puro del soneto que hemos transcrito.